Prueba Pastoril Bonaerense: Un proyecto con activa participación de la AGA

17 septiembre 2025

“Con esta propuesta se pretende cambiar el paradigma de la forma de comprar animales”, dijo Mariano D’Amore, titular de Ganaderos e integrante del CREA Sudoeste.


El remate de la PPB se realiza en las instalaciones de la AGA en el kilómetro 8,5 de la RN 35. / Fotos: Darío Fariña / campoindustria.com


   La iniciativa busca evaluar toros de la raza Angus en condiciones de pastoreo natural, sin suplementación, para proporcionar información detallada a los compradores. La prueba se diferencia por la exhaustiva recopilación de datos, incluyendo ganancias de peso diarias, calidad de carne, aspectos reproductivos y evaluaciones fenotípicas, que se integran en un índice global.

   El objetivo principal es transformar el paradigma de compra de toros, incentivando a los productores a basar sus decisiones en datos genómicos y de rendimiento, más allá de la apariencia física.

   ¿De qué se trata? De la Prueba Pastoril Bonaerense, un desarrollo que nació de la colaboración entre el CREA Sudoeste y la Asociación Argentina de Angus, donde la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca tiene una participación relevante.

   “La idea data de 2022. Nació de una conversación con Alfonso Bustillo, el presidente de la Asociación Argentina de Angus. Él me transmitió la inquietud de que no se realizaban pruebas pastoriles en la provincia de Buenos Aires, a diferencia de otras partes del país y entonces le propuse hacerla en algún campo del CREA Sudoeste. Le interesó la idea, la elevó a la comisión ejecutiva de Angus y yo lo hice ante CREA”, explicó Mariano D’Amore, titular de la AGA y, además, integrante de la entidad en nuestra región.

El remate estuvo a cargo de Productores Rurales del Sud, en la escena con Santiago Abdo (y también con Luciano Janiystabro).

   “Después de un año de trabajo, intercambio de información y de encontrar puntos en común para el reglamento, se plasmó un convenio que se firmó en 2023. A finales de ese mismo año, ingresó la primera camada de toros a la Cabaña La Soñada, que está en el ámbito del CREA. La edición inicial de la PPB comenzó en 2024. Y ahora concluimos la segunda”, agregó.

   En los dos casos, el remate final de los toros (y vaquillonas en algunos casos) se realiza en el predio de Ganaderos, en el kilómetro 8,5 de la ruta nacional 35, tal como sucedió en la tarde de este miércoles 10.

—¿Qué tiene de diferente este proyecto en comparación con otros existentes?

—Esta prueba incluye muchas mediciones, específicamente cuatro más que otras. Una es la ganancia de peso diaria, ya que los toros tienen cuatro o cinco pesadas durante su recorrido en el predio. Es crucial saber que son criados completamente a pasto, sin ningún tipo de suplementación, y todos bajo las mismas condiciones: en el mismo lote, recurso forrajero, agua y se trasladan similares distancias para poder ser comparables.

   “También se realizan ecografías para medir la calidad de carne, incluyendo grasa intramuscular y espesor de grasa de cadera, lo cual se convierte en un índice. Al mismo tiempo, se hacen mediciones vinculadas a aspectos reproductivos como la calidad seminal y la circunferencia escrotal, que también concluyen en un dato.

La jura de clasificación se realizó en la cabaña La Soñada, de la familia Alem, en Olavarría.

   “Finalmente, el último elemento que conforma un índice global son las tres juras fenotípicas que se hacen durante la prueba, con otros tantos jurados para cada animal. Estos puntajes se suman a los tres anteriores (NdR: ganancia de peso, aspecto reproductivo y calidad de carne) para generar un índice que establece un ranking de todos los toros. Además, se incluye un riguroso y completísimo complejo sanitario con análisis de todo tipo; incluso, para detectar infectados de VDVB (NdR: Virus de la Diarrea Viral Bovina). Estos aspectos diferenciadores no están incluidos en otras pruebas”.

—¿Cuál es el objetivo final de estos diferenciales?

—El más importante es que los productores adquieran los animales basándose en información completa y detallada que esta prueba les brinda. Cada toro tiene un bagaje de información muy completo, probablemente de los mayores que existen. Además, posee genómica, lo que proporciona información sobre la heredabilidad de sus características.

   “Con todo esto buscamos cambiar el paradigma de la forma de comprar animales. Tradicionalmente, el productor argentino adquiere un toro en función de lo que ve, de la parte fenotípica, y no le da mucha importancia a los datos. Este es un aspecto cultural que queremos empezar a modificar. No digo que la parte fenotípica no sea importante, porque las características raciales lo son, pero también son cruciales los datos que la PPB genera. Puntualmente, queremos que las próximas generaciones de productores les den más importancia a los datos”.

—¿Hay productores dispuestos a pagar ese diferencial?

—Sí. De hecho, hemos hablado con organizadores de otras pruebas pastoriles en la región centro, como las de Córdoba, La Pampa, Entre Ríos o Río Negro, que ya llevan más de 20 años de desarrollo y nos cuentan que, con el tiempo, los ganaderos van a las juras, marcan los toros, preguntan por su información y terminan comprando basándose en esos datos y no tanto por la parte fenotípica. Esto demuestra que el cambio es posible y beneficioso.

—¿Cuál es la condición ideal para que el proyecto se consolide?

—Sabemos que para consolidarse insumirá, al menos, cuatro, cinco o seis años. La idea es que perdure por muchos años, como en Córdoba, que lleva más de 22 años y donde, incluso, deben poner cupos porque reciben más toros de los que pueden albergar. Este es un claro indicador.

Bernardo Laulhé (izq.), de Ganadería de CREA y Martín Tinello, de Angus Bonaerense, en la previa del remate realizado en la AGA.

  “Además, se genera una competencia sana entre los cabañeros que participan. Lo más importante es que pueden comparar los datos que se miden, lo que les permite interpretar cómo van sus animales y sus sangres, algo que de otra manera no podrían hacer. Esto crea un círculo virtuoso dentro del mecanismo de la prueba, que lleva tiempo y años en generar confianza entre los cabañeros. La experiencia de otras pruebas nos dice que esto es beneficioso a la larga, tanto para los cabañeros, que pueden mejorar, como para los compradores, que adquieren animales de mejor calidad”.

—¿La predisposición y camaradería que se observa en los encuentros también ayuda para generar ese clima?

—Absolutamente. Lo hemos visto y es un comentario generalizado. Es un proceso que se va construyendo con el tiempo, ya que recién llevamos dos años.